miércoles, 18 de marzo de 2009

De pasion a Violencia...en México






En 1994 Andrés Fassi, directivo del Pachuca, creó la barra Ultratuza con apenas un puñado de aficionados, pero con tres cabecillas importados de Costa Rica, Colombia y Argentina.
Jamás imaginó la trascendencia de su decisión. No sólo fueron secundados por los aficionados de los equipos capitalinos, sino que también en Nuevo León y Jalisco, dos de las entidades más importantes en economía y población, fueron imitados.
El 24 de abril de 2004 gente de Libres y Locos de Tigres, y de la Barra 51 de los Zorros, se trenzaron a golpes en el estadio Jalisco. El saldo fue de decenas de heridos y detenidos. La directiva del cuadro de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) envió a Guadalajara en un autobús a los familiares de los detenidos, mientras el presidente municipal de Monterrey, Ricardo Canavati, no dudó en pagar la fianza.
Libres y Locos tiene lo suyo con La barra de los Rayados, a la que líderes de otros grupos de animación acusan de ser "la única con la que no se puede hablar" y de "creerse la número uno", cuya principal característica es que cuenta entre sus agremiados con "muchos argentinos" -sostiene un elemento de la Rebel-, también acumula episodios.
El 27 de mayo del mismo año, La Adicción y Libres y Locos, barras regias antagónicas, convirtieron en batalla campal un concierto del grupo argentino Los Auténticos Decadentes.

Asi surge el movimiento barrista en la República Mexicana, tal vez un cancer en el futbol, pero tambien una nueva forma de sentir y expresar la pasión por un club.